Uno de los grandes temas mundiales que se presentan en la contemporaneidad, lo constituye sin duda, la falta de identidad que posee la mayor parte de la población con respecto a su nación, región o localidad. Sobre todo las nuevas generaciones presentan un escaso conocimiento de su entorno sociocultural y en la mayoría de los casos se muestran indiferentes ante tal situación debido a que muchos no le ven ninguna importancia ni sienten motivación hacia el conocimiento del mundo cercano que los rodea, esa misma apatía es observable en su actitud hacia el conocimiento de la historia y la mayoría de los jóvenes actúan enclaustrados en un eterno presente como si la vida comenzara en el día a día que están viviendo, es decir, pareciera que carecen de memoria histórica y por ello les cuesta comprender muchas situaciones sociales que se presentan en la actualidad. Hobsbwan citado por Gutiérrez (2005) “… el problema central es que los jóvenes que llegan a las aulas viven en una especie de presente permanente... la destrucción del pasado es la característica de esta época,..” (p.17).
Algunos estudiosos de la materia responsabilizan de este comportamiento al proceso de globalización que se lleva a cabo desde hace varios años, el cual ha traído como consecuencia la imposición de una cultura de masas por encima de la cultura popular, que se traducen en un proceso de transculturación de costumbres y tradiciones que no son propias de las diversas regiones hacia donde se siente el efecto de este proceso, como consecuencia del avance científico y tecnológico. Sin embargo, considero que no todo es responsabilidad de ese proceso globalizador sino que una de las causas de la problemática en cuestión son los métodos tradicionales de enseñanza-aprendizaje a través del cual se ha tratado de inculcar el conocimiento a las nuevas generaciones del contexto geográfico donde se ubican, de la historia de sus regiones y localidades, pues nadie puede querer ni sentirse identificado con lo que no conoce y contrariamente, si la persona tiene claro conocimiento del entorno sociocultural al cual pertenece, ninguna influencia foránea sustituirá esos valores si están bien consolidados.
En ese sentido, se requiere la búsqueda de planes, estrategias y actividades que contribuyan a la consolidación de la identidad nacional, local y regional por parte de las nuevas generaciones y como se sabe una de las vías más expeditas para llevar a cabo esta tarea a pesar de todos los obstáculos es la educación formal que se recibe desde la escuela y al respecto se cita a Roth(1983) quien sostiene que “ Actualmente se está más que convencido de que el desarrollo de niños y jóvenes, camino de conseguir social, política y culturalmente, la mayoría de edad como ciudadanos, es fomentando más intensamente a través de procesos de aprendizaje, que de maduración, y más también por medio de procesos dirigidos, que faltos de dirección…la misma sociedad se mantiene y se renueva en su civilización y cultura, más por medio de aprendizajes planeados que por medio de procesos ciegos históricos y sociales, no analizados… (p.18)
Venezuela no está exenta de la problemática antes descrita pero en su caso especifico, la pérdida o carencia de identidad nacional se le atribuye al modelo económico dependiente impuesto como consecuencia de su inserción en el modelo capitalista como exportador de petróleo, lo cual trajo su vez que los países industrializados penetraran todas las estructuras generando una transformación cultural del venezolano, al respecto Quintero(1985) sostiene que “Desde hace cincuenta años hay en Venezuela una cultura del petróleo, un patrón de vida con estructuras y mecanismos de defensa propios, con modalidades y efectos sociales y sicológicos definidos. Que deterioran las culturas criollas” y se manifiestan en actividades, invenciones, instrumentos,…y factores no materiales como lengua, arte, ciencia, etc.”(p.21). Como puede observarse es una problemática que tiene más de setenta años, donde la escuela como uno de los pilares principales en la formación de generaciones no alcanzó los propósitos esperados utilizando modelos desfasados y simplemente respondió a los intereses de la clase dominante y controladora de todas las estructuras que comprendieron la sociedad venezolana.
Es por ello que través de los cambios que se dan en Venezuela a partir de 1999, donde existe la propuesta de un modelo de sociedad más justa y equitativa que lógicamente comprende también el proceso de transformación educativa, se le está dando prioridad al conocimiento de la historia local y regional, pero no aplicando los criterios pedagógicos repetitivos y memorísticos tradicionales, si no donde el educando se convierte en investigador y generador de su propio aprendizaje a partir de las herramientas suministradas por el docente también investigador que en este caso se limita a ser un facilitador o mediador conductor del aprendizaje que actúa solo cuando el estudiante realmente lo requiere.
Es allí, donde las TIC ocupan un papel protagónico, pero para ello, el docente debe renovarse, actualizarse, desaprender los métodos obsoletos, aprender y apropiarse de los beneficios de la tecnología de la información y la comunicación, debe sacarle provecho a la realidad actual donde la mayor parte de los estudiantes tiene televisión por cable o satelital, computadora y el servicio de internet en su casa, otros poseen las canaimas, tables, teléfonos inteligentes, cámaras digitales, etc., y de no ser así cuentan con los infocentros en las escuelas o centros de computación en áreas cercanas a su comunidad. Esto les permite a los administradores de la educación planificar diferentes actividades a desarrollar con miras a la realización de un proceso de alfabetización tecnológica, trayendo como resultado que docentes, estudiantes, padres, representantes o responsables y comunidad en general puedan hacer buen uso de esa maravillosa tecnología.
Revirtiendo así todos los efectos negativos que se han venido observando y atribuyéndosele a las TIC, justamente por la carencia de formación que tiene los involucrados en el proceso. En ese sentido se pueden crear aulas virtuales utilizando plataformas como Edmodo, manejar enciclopedias interactivas con contenidos alusivos a la geografía e historia de Venezuela y de la localidad, utilizar el GPS, cartogramas virtuales, se pueden crear blogs colectivos y personales donde docente , estudiantes y representantes intercambien ideas respecto a las costumbres y tradiciones de los diversos lugares de Venezuela y de su comunidad específicamente.
El docente puede crear páginas web, así como software educativos con contenidos alusivos a la identidad nacional, a la historia de la localidad, a los valores sociales y familiares y símbolos patrios o incluso hacer que el estudiante los produzca con el consecuente resultado de aprender haciendo, y de esa manera transformar la praxis docente con el uso crítico y creativo de las Tecnologías de Información libres, desarrollar las potencialidades en Tecnologías de Información libres, para el apoyo a los procesos Educativos en pro de la soberanía y la independencia tecnológica y por supuesto logrando una generación de ciudadanos con valores patrios, sociales y culturales bien consolidados gracias al apoyo de las TIC como herramientas auxiliares del aprendizaje.
Quintero Rodolfo. (1985). La Cultura de Petróleo. División de Publicaciones. U.C.V. Caracas.
Rotch, Heinrich. (1983). La Escuela como organizadora Optima de Procesos de Aprendizaje. Colección educación. Volumen 8. Alemania.
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